Cómo disfrutar la Navidad sin estrés.

No hay forma de explicarle a alguien sin hijos la transformación que sufren nuestras celebraciones de navidad una vez los tenemos.  Al menos no se puede explicar que se entienda en toda su magnitud.

Desde la estrategia de la cena, hasta el menú, el tipo de celebración, los regalos (tipo y cantidad), la ropa, la decoración, las fotos, las compras, las vacaciones, la hora de dormir y la peor de todas: la hora de levantarse.

En la navidad se vive una especie de pico en estrés porque se combinan muchos elementos que no suceden en otra época del año y simultáneos no es nada fácil de manejar.

Empieza todo con el cierre de año en el trabajo, los niños en vacaciones recién salidos de exámenes (donde nos tocó estudiar a nosotras también), viene toda la familia de fuera, nos toca a nosotros viajar hasta ellos, todas las actividades de fin de año del trabajo, de los amigos, del colegio de los niños y a eso súmale salir a comprar regalos, preparar la cena, preparar la ropa que tooooodo el mundo se va a poner y al final, estar bonita, sonriente y que el espíritu navideño se te salga por los poros.

Parece titánico (y lo es) pero en realidad es posible, que en medio de todo esto, logremos disfrutarlo y vivir la Navidad con el sentido de paz y alegría que en verdad viene con la época.

Aquí te dejo 3 elementos claves para que lleves el estrés al mínimo y te entregues a disfrutar esta época del año con tus seres queridos:

Organízate:

Para esto puedes guiarte de nuestra Guía descargable totalmente GRATIS con un paso a paso de cómo organizarte con eficiencia y poner todo en su lugar antes de empezar a correr como loca y abrumarte.

Ocúpate:

Una vez te organizas ya es hora de ocuparte.  Hacer una cosa a la vez, llevar un orden y poco a poco ir ejecutando.

Aquí no hay tiempo para pre–ocupación, realmente preocuparte te quita tiempo. Que te de migraña, acidez, se te caiga el pelo o te arranque una alergia de la nada por estar absorbiendo todo junto sin procesarlo y concluirlo no va a ayudar a nadie.

Por eso te digo: de quien tienes que ocuparte antes que nada es de ti misma. Come bien, toma mucho líquido, trata de salir a caminar aunque sea por el vecindario y, algo que me funciona, cuando te vayas a bañar o antes de dormir tómate 5 minutos para respirar profundamente con la mente en blanco, agradece por ese día y cuenta las bendiciones que recibiste.

Te va a dar una nueva perspectiva respecto a lo que no pudiste hacer.  No te preocupes, siempre te van a quedar pendientes, a todas nos quedan y el mundo no deja de girar por eso.

Enfócate:

Cuando te llegue el momento de la verdad, que sientas que hasta ahí llegaste, que ya no tienes ni fuerzas ni deseo de comprar los regalos que faltan, ni de llevar a los niños a la tienda donde estará Santa, ni siquiera de comprarte ese vestido para estrenar pues sencillamente ENFÓCATE.

Piensa en el momento que estás viviendo. Tómate un minuto y mira a tu alrededor, a tus hijos, a tu pareja, a la decoración que tienes, a tu lista de regalos y respira: llegó la Navidad.

Una oportunidad maravillosa de crear memorias hermosas en familia, de enseñarles a tus hijos valores como la generosidad, la solidaridad, la gratitud. De pasar tiempo con ellos, de ver sus caritas felices y mirar para otro lado cuando llevan dos o tres dulces de más.

Probablemente verás amigos y familiares que te pasas siglos sin ver y entonces te llega el momento en que sopesas si no tener el arbolito perfecto a tiempo te debería quitar esa alegría.

Te invito a enfocarte y vivir la belleza de la época, pon música navideña en la casa, cómprate un aromatizador con esencia de especias, cómprate de esos dulces que recuerdas y añoras de tu niñez, conéctate con todo, con las luces, con la comida, con los olores.

La forma en que vivirás las fiestas navideñas este año, sobretodo si tienes hijos, nunca será igual.

Respira otra vez y retoma la parte de ORGANÍZATE y OCÚPATE, sólo que ahora con una mayor conciencia y una nueva actitud.

 

 

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